Expansión europea
Evolución social y económica de España:
Durante la baja edad media, la población española era heterogénea. La mayoría era cristiana pero existían
grandes núcleos judíos, musulmanes y moriscos. La sociedad era de carácter feudal: nobles, villanos libres y
siervos.
A partir del siglo XI resurge la vida urbana e incrementa la industria y el comercio.
Durante los primeros siglos de la Reconquista las únicas fuentes de riqueza estaban constituidas por una
agricultura y ganadería precarias. Al afirmarse el predominio cristiano se advierte un notable progreso,
acentuándose también la actividad comercial e industrial.
La sociedad
Se calcula que en la época del descubrimiento, la población española no superaba los 9 millones de habitantes.
La parte dirigente de la sociedad estaba en manos de la nobleza, integrada por militares, gentilhombres y
jerarquías eclesiásticas.
La clase media estaba formada por los medianos: mercaderes, artistas, notarios, campesinos ricos, etc.
Constituían el 3% de la población.
Luego, para llenar el vacío entre la aristocracia y el último eslabón social, estaban los judíos y los clérigos.
El campesinado constituía el 80% de la población: labradores, cuya situación económica variaba de una
región a otra.
El clero: dotado de un gran sentido de corporación, con un apreciable poder económico y ciertos privilegios.
Comercio exterior de España en el siglo XV
La regiones que mantuvieron un comercio más prematuro con otros países fueron Galicia y Vascongadas. Por
sus puertos se exportaban los productos de Castilla, Navarra y Aragón hacia los puertos del norte de Europa.
A mediados del siglo XIII ya se celebraron contratos con Flandes y Alemania sobre los artículos españoles.
Una vez conquistada Sevilla, se convirtió en un emporio comercial al que acudían naos con mercancías de
diversas partes del mundo: de Tánger, Cuta, Túnez , Bugía y Alejandría; de Génova, Pisa, Portugal, Burdeos,
Bayona, Sicilia Y Gascuña.
La flota reunida por el almirante burgalés Ramón Bonifaz para la conquista de Sevilla (1248) y el
establecimiento de astilleros en esta ciudad y en otros puertos, dio un primer impulso a la marina mercante,
base del comercio exterior castellano.
Los vinos y otras mercancías procedían de la agricultura del valle del Ebro. Arroz y azafrán se exportaban
también a Flandes. La industria de Valencia, Cataluña y Mallorca, que producía papel, sedas, objetos de latòn,
cerámica y trabajos en cuero, proporcionaban artículos comerciales, apetecidos en Europa.
La producción arogonesa y catalana utilizaba los puertos del Cantábrico y los de Cataluña. En los fueros
Comercio exterior de España en el siglo XV
La regiones que mantuvieron un comercio más prematuro con otros países fueron Galicia y Vascongadas. Por
sus puertos se exportaban los productos de Castilla, Navarra y Aragón hacia los puertos del norte de Europa.
A mediados del siglo XIII ya se celebraron contratos con Flandes y Alemania sobre los artículos españoles.
Una vez conquistada Sevilla, se convirtió en un emporio comercial al que acudían naos con mercancías de
diversas partes del mundo: de Tánger, Cuta, Túnez , Bugía y Alejandría; de Génova, Pisa, Portugal, Burdeos,
Bayona, Sicilia Y Gascuña.
La flota reunida por el almirante burgalés Ramón Bonifaz para la conquista de Sevilla (1248) y el
establecimiento de astilleros en esta ciudad y en otros puertos, dio un primer impulso a la marina mercante,
base del comercio exterior castellano.
Los vinos y otras mercancías procedían de la agricultura del valle del Ebro. Arroz y azafrán se exportaban
también a Flandes. La industria de Valencia, Cataluña y Mallorca, que producía papel, sedas, objetos de latòn,
cerámica y trabajos en cuero, proporcionaban artículos comerciales, apetecidos en Europa.
La producción arogonesa y catalana utilizaba los puertos del Cantábrico y los de Cataluña.
sábado, 8 de septiembre de 2007
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